Cuando te engancha una serie, no puedes hacer nada. Aunque se trate de novelas independientes que incluso puedes leer sin orden, haber empezado desde el principio tiene su aliciente. Desde luego descubrir a Rocco Schiavone en “Pista negra”, seguir en “La costilla de Adan” y reencontrártelo en “Una primavera de perros”, no tiene precio.
En este caso, Antonio Manzini, habiéndonos acostumbrado empezar sus historias con un asesinato, nos sorprende con un fatídico accidente y un secuestro. Una chica ha desaparecido de su casa y solo Rocco es capaz de darse cuenta de que algo va mal.
La familia de la joven, ricos empresarios de la construcción, despertarán el instinto de sabueso de nuestro detective y le llevarán por un mundo subterráneo peligroso, jamás sospechado por Schiavone en una ciudad tan remota del mundo civilizado (limitándose a Roma en el caso de Rocco).
Sin desvelar más sobre la historia, solo puedo decir que el autor vuelve a encajar a la perfección la trágica historia personal de un detective desolado y desterrado en un pueblo perdido de Italia que se refugia en el descubrimiento del mal que pueden causar los seres humanos. Las tormentas internas no cesarán para Schiavone pero eso no le impedirá agudizar todos sus sentidos para buscar una aguja en un pajar, y además a contrarreloj.
Quizás lo que diferencia esta entrega de las dos anteriores es precisamente la constante tensión que crea entrelazando la situación de la joven desaparecida con los pasos que se están dando para descubrir su paradero. Un juego del que no ves el final feliz y que te mantiene hasta altas horas de la madrugada deslizando las páginas de “Una primera de perros”.
La verdad es que me gusta todo. La trama, la historia, el personaje principal, los que le acompañan, las descripciones, el lugar… Lo tiene todo para ser una novela que se lee de un suspiro y que en lo único que te hace pensar al acabarla es en cuándo saldrá la siguiente.
Además, en este caso, por primera vez el final es abierto y te deja con ganas de pasar más allá de la última página de inmediato. Esa es la única parte mala que podría destacar. La buena, es que parece que Rocco Schiavone no solo me gusta a mí sino también a mucha más gente y Manzini tendrá que seguir contándonos sus nuevas aventuras.
En definitiva, igual que como pensé sobre los dos libros anteriores, no es solo una novela policíaca, es mucho más, por eso es imprescindible tanto para los amantes del género como para cualquier otra persona que disfruta de la lectura de un buen libro.
Más sobre las aventuras de Rocco Schiavone en nuestra web:
- Los detalles sobre «Una primavera de perros». Pincha aquí.
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- Reseña sobre «La costilla de Adán». Pincha aquí.