Reseña por Nikolay Yordanov
Tengo que reconocer que lo primero que hizo fijarme en “Orfancia” fueron la portada y el título. No sabía de qué iba el libro, pero en cuanto las vi, me entraron ganas de descubrirlo. A eso, se sumó la sinopsis de la historia que se podría resumir en que va de un niño que, por miedo de ser comido por sus padres, ha dejado de comer. El argumento parece simple, pero no lo es. El de la historia va más allá.
Está claro que el joven autor italiano Athos Zontini ha buscado adentrarse en los miedos de un chaval de ocho años. De la historia de un persona de ficción pero también de nosotros mismos cuando tuvimos esa edad.
Desde los propios ojos del niño y en primera persona busca narrar las peripecias de una familia de clase media-alta italiana que tiene un niño diferente de los demás y que no saben cómo afrontarlo.
También es la historia de una madre que lo daría todo por su hijo y de un padre que detesta a un niño tan distinto de todos los demás. Pero además de esto, la novela también va de lo que puede llegar a sufrir un niño al que no se le entiende, del acoso escolar, de los estereotipos en los colegios y de la lucha de supervivencia del diferente en un entorno que aún busca como hacer daño a quien desencaja.
Muchos temas recogidos en casi 300 páginas y cuatro estaciones empezando por la primavera y acabando en el invierno. Así, con muchos diálogos, capítulos cortos, un lenguaje irónico que a veces roza lo incorrecto tratándose de un niño de tan corta edad y una historia que quieres saber a dónde te puede llevar, se nos presenta una novela muy interesante.
La verdad es que “Orfancia” no es un libro típico que podrías encontrar hoy día en las librerías. Es diferente como su personaje, y eso ya es decir mucho. De hecho, no sabría catalogarlo. Quizás es una novela juvenil, quizás una historia de superación, también podría ser una fábula negra y fuerte que explora un lado conocido del ser humano y del que todos renegamos como es la crueldad. O quizás, es todo ello en una historia que se lee sin apenas poder parar.
Desde luego que a mí el personaje me ha cautivado y el final me ha hecho pensar más allá de haber acabado una novela más. Todos hemos rechazado a alguien que se diferencia de los demás y muchos hemos sido rechazados por no encajar en un entorno incapaz de acoger la mínima diferencia. Por eso creo que, además de una novela más, es una historia en la que nos podremos reconocer. Del lado del que hace sufrir o del de que sufre. Eso ya depende de la historia de cada uno…
En definitiva, creo que “Orfancia” debería ser una lectura casi obligatoria para muchas personas, jóvenes y no tan jóvenes, que aún no se han dado cuenta de que ser diferente es más una virtud que una desventaja.
Siempre he creído que la particularidad o la diferencia es rechazada por la propia inseguridad del que decide oponerse a la misma. Diferentes somos todos, en menor o mayor medida, eso no nos hace peores personas. El rechazo sí…
Y de eso va “Orfancia”, de aceptar, rechazar, comprender, luchar, convencer, cambiar… Y de disfrutar de un libro imprescindible.