Llevaba mucho tiempo sin leer un libro juvenil. Creo que la última historia que disfruté de estas características fue “Omnia” de Laura Gallego (aquí mi reseña) y de eso ya han pasado unos meses. Así que me apetecía una aventura ligera que se diferenciara de todo lo que había leído últimamente.
De esta forma, se me cruzó el libro de Tombquest (Parte 1) “El libro de los muertos” de Michael Northrop y no sé si fue por la portada o por la sinopsis, no pude resistirme y lo comencé.
Nada más empezar la novela me encontré con dos personajes geniales. Por un lado está Alex, un chico de doce años que no goza de la mejor salud posible para un niño tan joven. De hecho, tiene que tomarse su dosis de pastillas diarias y estar muy atento a los esfuerzos físicos. A pesar de ello, como cualquier niño, es complicado que Alex pueda estarse quieto, sobre todo si tu madre trabaja en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Junto a él, conoceremos a su amiga Ren, cuyo padre también trabaja en el museo y se encarga de las redes de seguridad.
La historia comienza con el empeoramiento repentino de la salud de Alex, una situación que obliga a su madre a recurrir a un antiguo encantamiento para intentar salvarlo. Pero claro, no todo es tan fácil. Cuando se utiliza la magia, se corre el peligro de que no todo salga como se había planteado.
De esta forma, el Museo Metropolitano y su nueva exposición del antiguo Egipto que incluye el libro de los “Conjuros Perdidos” se convertirán en un lugar no tan divertido para pasar las tardes. Además, la repentina desaparición de la madre de Alex hará que nada parezca seguro, ni tampoco casualidad.
Alex y Ren, tendrán que apañárselas para afrontar una aventura que pondrá en peligro sus vidas. La magia del antiguo Egipto no se lo pondrá nada fácil.
Teniendo en cuenta que se trata de una historia recomendada para niños de entre 8 y 14 años diría que ha superado todas mis expectativas. Sus casi 200 páginas se me han pasado volando. Una historia que se lee de un suspiro y te hace disfrutar como un niño.
Además de ello, el matiz misterioso que aporta el antiguo Egipto y los conocimientos que el autor quiere acercar al lector, hacen aún más fascinante la historia.
En definitiva, todo un hallazgo de una historia que seguiré en sus sucesivas entregas. Ya estoy deseando leer “Los guardianes del amuleto” y “El valle de los Reyes” para seguir acompañando a Alex y a Ren, recordando que libros como esos, hacen que los jóvenes (y no tan jóvenes) no olviden lo fascinante que es leer.