Al leer muchas novelas negras, cada vez nos empezamos a dar cuenta de la repetitividad de las mismas que simplemente aprovechan el tirón del género. De ahí, que aunque la mayoría de las veces nos llevemos una decepción, queda la esperanza de que al coger uno más, descubramos algo que nos dé la razón de porque nos gusta tanto ese género.
De ahí que al coger “El canto del cuco” de un tal “Robert Galbraith” seudónimo de una de las escritoras más vendidas de nuestros tiempos pensé que sería otro libro más que se aprovecha del tirón del género de moda, de la fama de su autora y que no será nada en especial. Me equivoqué.
Una historia muy profunda, con una serie de personajes muy elaborados, un entramado familiar que nos recuerda a las mejores novelas del género y lo mejor, “un suicidio” de una modelo inglesa que hará darnos cuenta del ingenio con el que está escrita la novela. Strike, veterano soldado retirado por mutilación en el campo de batalla, con padre famoso y madre fallecida por sobredosis, resulta más herido por la propia vida que por el hecho de no tener una pierna. Su fondo oscuro y los años duros que le preceden le convierten en un personaje misterioso e imprevisible.
Claro está, que en esta novela tan compleja, no todo el mérito es de Cormoran Strike que viene apoyado por una “secretaria temporal” contratada para afrontar un caso concreto y de la que no se espera nada, pero una vez más, hace que el lector se equivoque. Su astucia y osadía la convierten en ingrediente imprescindible. Robin, en busca de trabajo estable, enviada por una agencia de trabajo temporal, encontrará su trabajo soñado en el lugar que menos lo espera, aunque también le haga darse cuenta de que no es el trabajo más seguro del mundo.
En definitiva, esta novela tiene todos los complementos para que al empezarla, nos demos cuenta de que no estamos ante una novela más del género negro. Un suicidio de una modelo con depresión, un hermanastro desesperado y preocupado que cree que hay algo más, un detective que no se deja llevar y por supuesto, Robin una secretaria que demostrará que sin ella, todas las piezas de la historia, simplemente no encajarían. Misterio, acción y sobre todo, sorpresas harán que recorramos las calles de Londres en vilo, sin saber si el mundo ostentoso y lujoso que nos descubre no es más que un espejismo frágil a punto de desmoronarse.
J.K. Rowling (o mejor dicho Robert Galbraith) consiguen algo que no es tan fácil en el mundo de la literatura, que es despegar del género al que encuadran a los autores de éxito nada más salir su primer libro. Se “escapa” de la literatura juvenil de la forma más astuta, consiguiendo que el lector descubra otro mundo del que quiere saber mucho más.
Por eso creo que esto no ha hecho más que empezar y que Cormoran volverá mucho antes de lo que se le espera para descubrirnos más sobre sí mismo pero también para deleitarnos con su inteligencia y su corazón tan roto y tan oscuro…