Una de las mayores preocupaciones que siempre hemos tenido es el tiempo. Sabemos que es una de las pocas cosas que el ser humano no ha conseguido controlar. No faltan intentos, ni tampoco ganas, pero cada vez nos damos cuenta de que más que conseguir controlarlo, el tiempo nos controla a nosotros.
Ahora bien, Tempus de Nerea Riesco nos sitúa en un escenario algo diferente. En un escenario en el que el protagonismo del tiempo, que tanto miedo nos da a todos nosotros, es desplazado a un segundo plano por la propia “inmortalidad”.
Todos hemos oído hablar del alquimista Nicolas Flamel que se convierte en uno de los protagonistas de una novela, que nos hará cruzar la barrera de la realidad, para llevarnos a un Londres victoriano que alberga muchos más secretos de los que todos esperamos.
Pocos “afortunados” han sido elegidos para formar parte de esa “familia” de inmortales que ha optado por la ciudad londinense como destino. Pero esa forma de vida quizás después de cientos de años llegue a cansar entrando así en juego el protagonista de la novela, Richard Chanfray.
Todo comenzará con el brutal y sangriento asesinato de un conocido profesor de física de la Universidad de Cambridge haciendo recordar antiguos tiempos durante los cuales cruentos asesinos como Jack el Destripador recorrían las calles oscuras de Londes.
A partir de aquí, a esas personas que precisamente el tiempo no les importaba, se convertirá en su principal enemigo. Parece ser que alguien ha descubierto como cambiar la historia, su historia, y eso hará que las vidas de las personas que los rodean, sean lo que menos importa.
Un viaje a través del tiempo, que de forma muy hábil hace que nos planteemos serias dudas sobre lo que conocemos de nuestro mundo. ¿Es posible que haya seres inmortales? ¿Es posible que se pueda viajar en el tiempo? ¿Es posible que algunos de los personajes más emblemáticos de la historia sigan entre nosotros?
Muchas preguntas, y muy poco tiempo para responderlas en un sin fin de sucesos que hacen imparable la narración. Acción, misterio y buena documentación son los ingredientes acertados de una ambiciosa novela que cruza la frontera de la ciencia ficción porque en el fondo nos hace pensar que lo imposible, quizás sea posible.