La poesía no deja de sorprendernos. Cada vez vemos más libros de nuevos poetas que conquistan al público joven (y no tan joven). Las Redes Sociales han sido esenciales para un fenómeno que ha hecho recuperar el hueco en los escaparates de las principales librerías de un género que siempre perdurará en el tiempo.
Uno de los artífices de este cambio se llama Carlos Miguel Cortés y que con su primer libro de poesías “Intranerso” conquistó a miles de lectores por toda España. Ahora, vuelve con su segundo poemario. En exclusiva y sólo aquí, os contamos todos los detalles.
Se llamará “Innormal”, saldrá el próximo 24 de noviembre, con 192 páginas de magia pura y un precio de 11,95. Hasta hora, la editorial Destino (perteneciente al gigante Planeta) no había apostado por la poesía, pero con la publicación de “Turista en tu Pelo” da el salto a lo grande.
Aún no se conoce mucho, pero aquí os dejamos una pincelada de algo que desde luego se escapará de lo normal, y por ello, os hará disfrutar como nunca.
A veces, te da por explorarte a ti mismo y descubres cosas. Puedes descubrir quizás que no estás tan triste como pensabas que estabas en ese momento, puedes descubrir que en realidad no te gusta esa chica que duerme a tu lado, puedes descubrir que lo único que deseas es coger una mochila y perderte por el Amazonas, o hasta que odias los huevos fritos, no sé.
Yo, hace un tiempo, rebuscándome por dentro, descubrí que era innormal. Y que no necesitaba la normalidad dentro de mi vida. Que menudo aburrimiento eso de la normalidad necesitada. Que mucho mejor aceptarse, y compartir con quien quiera leerme mis neuras y filias y fobias. Que viva la búsqueda de seres innormales que me ha acompañado desde ese descubrimiento, y que os rebusquéis por dentro, que quizás seáis también tan innormales como yo.
Y para presentarle, nada mejor que sus propias palabras.
Me llamo Carlos Miguel y no he salido de una telenovela.
Nací en Béjar, Salamanca, hace 28 años en una familia increíble. Y volé por la península para vivir en Madrid, Barcelona, Logroño, A Coruña, Mallorca… y lo que venga.
Soy adicto a Twitter, al calor humano y a explorar. Me dan alergia las lentejas, algunos programas de televisión y las despedidas en los aeropuertos.
Tengo dos gatos, seiscientosdoce libros y una cámara que me acompaña hasta casi ser apéndice de mí. La cámara se ve, no podía ocultarla, pero sí ocultaba un bolígrafo en mi bolsillo y miles de palabras que habían salido de él.
Llevo escribiendo desde que tenía doce años y quise enamorar a una chica. Como no era guapo, ni era el que metía más goles, ni el más fuerte del patio, decidí escribir para ella. No salió bien, como casi siempre, pero me quedé con esa sensación de vacío mental que aún tengo justo después de escribir.
(foto de Slario)