Tenemos una primavera llena de novedades con los regresos de autores muy leídos y novedades muy interesante pero el mundo editorial no para. Ya os podemos hablar de alguna de las novedades que van a marcar el comienzo del verano. La primera novela de la que os hablamos viene firmada por uno de los músicos del momento.
El próximo mes de mayo llegará a nuestras librerías la primera novela del músico Mikel Izal, líder de la banda indie del momento (en 2016 publico el libro de relatos titulado «Los seres que me llenan»).
El título elegido de la novela es «Pescar en las nubes» y llegará a nuestras librerías el próximo 24 de mayo. Tendrá 416 páginas, un precio de 19,90 euros y vendrá de la mano de la editorial Planeta. A continuación, os contamos la sinopsis y todos los detalles que se conocen de una historia intensa, casi tanto como las canciones de la banda Izal.
Eric llega en pleno invierno a la isla donde tantas veces había veraneado con Claudia, dispuesto a enfrentarse voluntariamente a una interminable rutina de días grises. Mía, la chica encargada de la limpieza de los bungalós donde se aloja, le pide ayuda para tratar a Julio, un hombre al que la muchacha lleva buscando toda su vida, de una aparente demencia que le impide recordar su pasado.
La peculiar relación que Eric establecerá con Julio supondrá para Eric la posibilidad de reconciliarse consigo mismo y, a la vez, descubrir los secretos que esconde el anciano.
«Pescar en las nubes», la primera novela de Mikel Izal, se balancea entre el thriller y el viaje emocional. Una historia intensa y cautivadora.
Para hablar del autor no hay mejor forma de hacerlo que nos lo cuente Mikel Izal.
«Mis padres me llamaron Mikel. Luego empezó a hacerlo todo el mundo. Nací el 3 de junio de 1982 en Pamplona, ciudad a la que además de mi primera luz debo también todo mi árbol genealógico. Me crie en Vitoria, a la que debo primeras amistades, educación preuniversitaria y algunos amores torpes pero sinceros. En Bilbao, ciudad con la que también contraje deudas de amistad eterna, estudié una ingeniería de Telecomunicaciones, paso lógico en un camino que quizá nadie me había marcado pero que yo seguía a rajatabla. Ya en Madrid y tras cuatro años de oficina y rutinas de hombre recto, llega el milagro, o la reacción, y el título universitario queda en desuso en detrimento de la música y más tarde también de la literatura, que a día de hoy alimentan mi alma y, para tranquilidad de mis padres, pagan mis facturas. Poco más que decir. Me gustan los canelones de mi madre, el orgullo de mi padre –que mi madre esconde mejor– cuando me ve en el escenario o firmando libros, la paciencia de mi hermana con su hermano de hielo y la poca importancia que los que me quieren otorgan a todo lo extraordinario que me ha ocurrido en estos últimos años.»